ESTE BLOG ESTÁ PENSADO PARA PERSONAS CON CRITERIO FORMADO Y SOLO PARA USO DOMESTICO. NADA DE LO MENCIONADO DEBERÁ SER TOMADO EN SERIO NI REPETIDO EN LA INTIMIDAD DE SUS HOGARES.

11.7.06

Erección

- Uy, ¿Por qué está tan chiquitito eso?
- Emm, ejemm, no, es que lo que pasa, es que en realidad, bueno el copete y en fin…
- Ah.
Dios, SOY IMPOTENTE!!! ¡Desde hoy perdí toda capacidad de erectarme! No, tranquilo, es solo el copete, me decía internamente, mientras pensaba, se me tiene que parar, se tiene que parar, párate MIERDA!, y nada. Ya, a ver, vamos a aplicar un poco de estimulación manual, mientras masajeaba mi pene miniaturizado y en estado de pánico escénico máximo. Que plancha, estoy quedando pésimo, bueno en realidad no me importa tanto, el tipo era un X con el que no tenia ninguna intención distinta de que me entregara placer por unos minutos, pero la situación que se presentaba revelaba mi nueva y lamentable condición de discapacitado sexual. Después de mucho rato de sobreestimulación genital, masajeo, manoseo y toqueteo logré una erección blanduzca y mezquina pero al menos el tamaño de mi pija alcanzaba para algo. Ahora encárgate tú, pensaba, mientras le sobaba la cara al lolo con mi penca fofa. Como no hay nada que una buena mamada no pueda resolver, la cosa terminó más o menos decente con gemidos, respiraciones profundas y emanaciones seminales razonables. Pero el terror se había apoderado de mi mente.


¿Qué pasó con mis erecciones espontáneas al minuto de tocar un hombre? ¿Qué ocurrió con mi ángulo de 20º en dirección al cielo? ¿Qué extraña condición se estaba apoderando de mi miembro y comenzaba a carcomer mi bulbo esponjoso y mis cuerpos cavernosos? ¿Será la edad? No, definitivamente es el alcohol, debo dejar de tomar tanto, me repetía tratando de aminorar mi pavor frente a la humillación eterna que se avecinaba.
Amigos, es definitivo, la pichula ya no se me para más, les comente a mis yuntas de siempre. Ya, tú siempre exagerando; ay, pero ¿como? No te preocupes debe haber sido que estabas cansado, trataban de calmarme, pero en sus caras yo veía esa típica expresión frente a lo irrecuperable. Haz lo siguiente, espetó uno de ellos, búscate un weón que de verdad te guste y ahí vemos que pasa. Sabio consejo. Si, definitivamente ése es el problema, el tipo con que estaba era pavoroso y como la fealdad no va conmigo, mi cuerpo en señal de rechazo se negó a entregarle sangre a mi apéndice colgante. OK, ahora a la búsqueda.


Bailaba en uno de los boliches de la onda cuando me encuentro con el azafato guapo. Perfecto, es mi candidato ideal, siempre me ha gustado, es ultra mino y las veces que hemos tenido hueveo todo ha funcionado bien. Además es peludito, tiene buen forro y ese bronceado eterno adquirido en miami (o lo más probable en cualquier solarium de santiago de chile, pero que me importa). Bailes van, sonrisas vienen, piropos salen, ojitos entran y ya. Todo listo. Partimos a mi casa. Todo muy escondido y misterioso porque el susodicho aparentemente estaba pololeando, así es que más parecía misión secreta que cita romántica. No importa, mejor, así le agrega más emoción a la cosa. Todo lo que necesito para sanar mi disfunción.
Divertido, divertido no es el joven, para que vamos a agregarle atributos que claramente no presenta, pero como yo soy tipo trompo, ese trabajo me lo llevaba yo. Besos y abrazos y… nada. Definitivamente murió. Hay que hacer los preparativos para el velorio de mi verga. Él, como si ni le importara que yo estuviera al lado transpirando helado frente a mi drama fisiológico, se pajeaba y ni me pescaba. ¿Qué querís hacer? atinó a decir el lindo y yo que ya sentía que en cualquier minuto mi tula se invaginaba y terminaba con una remozada vulva entre mis piernas le dije, ¡Dormir! Y me di media vuelta, a tratar de conciliar el sueño.


Señores, esto es definitivo. O empiezo la búsqueda de un medico sexólogo para la operación de cambio de sexo o definitivamente los hombres huirán de mi lado con solo verme ya que el rumor de mi lánguida humanidad correrá más rápido que mojón del mapocho. No es mala idea, seria una súper mina, tengo el trasero, las pechugas se implantan, las hormonas que debiera ingerir a diario se encargarán de suavizar mi voz y eliminar mis pelos. O no, mejor aún, una buena depilación láser y listo. Mmmmh, tendría acceso a un nuevo grupo de hombres!! Los heterosexuales… un buen par de tetas y no van a cachar que solía ser un varón.
Pero ¿a qué me dedico? y ¿cómo les explico a mis padres y hermanos este nuevo rumbo en mi vida? ¿no será suficiente que mi pobre madre se haya gastado todo su desahucio de jubilación en psiquiatras y medicaciones para corregir la depresión producto de su hijo gay? No, ésa no es la solución. Moción rechazada.

Pasaron los días y me percaté de un detalle. Las erecciones matutinas seguían estando ahí sin falta. En realidad me pajeaba y no había ni un problema. Entonces ¿qué diablos es lo que me pasa, chico?


Bailando con un par de amigos me doy cuenta que un guapetón me está mirando. Yo lo miro y no podemos parar. Me encanta, me gusta su desfachatez para mirarme mientras baila con un gallo que parece ser algo más que su pareja de baile. Se besa con el tipo pero no deja de mirarme. Oops, ¿qué es lo que siento?, ¿qué pasa allá abajo?, yo no me he tocado ni nada. Una erección tamaña y en público. En mi cabeza una mezcla de pudor y excitación máxima. Avanzo hacia él, paso por su lado, no dejo de mirarlo ni él a mí. Me sigue, casi no hablamos y nos empezamos a besar. ¡Esto es pura química, damas y caballeros! Una vez en mi casa, me doy cuenta que además de guapo, es muy simpático, cariñoso y sabe perfectamente hacer lo que tiene que hacer. Me da besos suaves, chupa lentamente mis tetillas, me hace cariño en el pelo. ¡Mi erección ha vuelto! ¡Y en gloria y majestad!
Calmar mi ansiedad, dejarme querer, elegir mejor. Confiar en mis instintos y no en mi estresada cabeza, pensaba mientras el agua caliente de mi ducha mojaba el más rico de los abrazos que me he dado últimamente.