ESTE BLOG ESTÁ PENSADO PARA PERSONAS CON CRITERIO FORMADO Y SOLO PARA USO DOMESTICO. NADA DE LO MENCIONADO DEBERÁ SER TOMADO EN SERIO NI REPETIDO EN LA INTIMIDAD DE SUS HOGARES.

4.9.06

Coliflor



Maldita coliflor que mis entrañas hinchaste.
Maldito gas que, acumulado en mis intestinos, insistías en salir.
El momento era inapropiado ya que el joven a mi lado estaba.
Numerosas escapadas al baño y nada, te negabas a salir ahí.
Abrazos y besos activaban aún más tus deseos de conocer el exterior.

La excusa del cigarrillo en el balcón era perfecta.
Pero de nuevo tu timidez comenzó donde se supone que todo terminaba.
Insistías en emitir sonidos en mi vientre que con toses y carraspeadas ocultaba.
Era inminente, te asomarías con tu estruendo habitual en medio de la cita.
Por fin en la tercera visita al higiénico uno de tus gaseosos hijos salió.
Pero la madre butano aún estaba adentro haciendo de las suyas.

Maldita coliflor que en salsa tan bien te veías.
Maldita traicionera, atacas cuando estoy desvalido.
¿Te pasa algo? Me decía y yo la mejor cara ponía.
No nada, pero mi estómago contestaba con una queja de altos decibeles.

Maldita coliflor de dos caras, una suave y apetitosa, la otra etérea y peligrosa.
Nadie me advirtió que en gas a las horas te convertirías.
Primera vez que te pruebo y así es como respondes.

Esta situación no tiene solución.
Tendré que liberarte ahora mismo pero la humillación no podré soportar.
Más besos más abrazos y ya lo veo venir.
Desnudos en la cama te asomarás y yo sin salida.
De pronto el punto sin retorno.
O te libero o moriré en esta dolorosa agonía.
Pero un milagro ocurre, pareces desvanecerte.
Tu potencia disminuye, tus latidos se apagan.
¿Te fuiste para siempre? ¿O es otra de tus jugarretas?

Tal como predije entremedio de la pasión desatada vuelves a pronunciarte.
Un dedo del hombre se aventura a tu canal de salida.
Lo quito, me muevo, lo alejo, insiste.
Ese lugar está prohibido por hoy.
Mis nalgas aprieto para estrangular ese índice, prohibiéndole así el acceso.
Las señales dan resultado y mi galán se retira del territorio minado.

Maldita coliflor que estropeas mi intimidad.
Maldito vegetal mágico que cambias de estado en mi interior.
El orgasmo no te suelta por gracia divina.
Pero me obligas a emprender camino cuanto antes.
Tranquilízate que ya te liberaré de tu prisión de tripas.

Un adiós rápido.
Una cara que no entiende tan pronta retirada.
¡Hablamos!, alcanzo a decir antes de correr tras la puerta.
Espera, aguarda, el momento ya se acerca.

Una vez en mi auto te libero y tu grito es ensordecedor.
Metano y butano en cantidades portentosas.
Tu liberación es mi placer.
Ningún orgasmo se compara a tu salida de mi interior.
Te odié, te odiaba, pero al soltarte me regalaste un momento de placer.

Maldita coliflor desde este día estás vetada.
Maldito alimento vaporoso nunca te olvidaré.